
**Saint Clare of Assisi: El legado de una santa**
El 11 de agosto la Iglesia Católica conmemora a una de las santas más importantes de su calendario litúrgico, Santa Clara de Asís. Conocida por su profunda devoción religiosa y su compromiso con los menos afortunados, Clara fue una figura clave en la historia de la Iglesia y en la fundación de la Orden de las Clarisas.
Nacida en Asís, Italia, en el año 1194, Clara decidió seguir los pasos de San Francisco de Asís, quien la inspiró a dedicar su vida a la pobreza y la caridad. A la edad de 18 años, Clara abandonó su hogar y se unió a la recién fundada Orden de los Frailes Menores, cuya regla de vida simple y humilde la atrajo profundamente.
La vida de Santa Clara estuvo marcada por la oración, la penitencia y la entrega total a Dios. A pesar de la oposición de su familia y de las dificultades que enfrentó, Clara nunca renunció a su vocación religiosa y se convirtió en un ejemplo de humildad y servicio para muchos.
En 1212, Clara fundó la Orden de las Clarisas, una comunidad de mujeres dedicadas a vivir en la pobreza y la contemplación. Bajo su guía, las Clarisas se comprometieron a seguir los ideales de amor a Dios y al prójimo, así como a cuidar de los enfermos y los necesitados.
Santa Clara falleció el 11 de agosto de 1253, dejando un legado de santidad y virtud que perdura hasta nuestros días. Su festividad es una oportunidad para recordar su ejemplo de vida evangélica y su compromiso con los más desfavorecidos.
En una época marcada por la individualismo y la superficialidad, la figura de Santa Clara de Asís nos invita a reflexionar sobre el verdadero sentido de la vida y el llamado a vivir en santidad y caridad. Que su ejemplo nos inspire a seguir nuestros propios ideales y a servir a los demás con amor y desinterés.
Que Santa Clara de Asís interceda por nosotros y nos ayude a vivir según el Evangelio, siguiendo su ejemplo de entrega total a Dios y a los más necesitados. ¡Feliz festividad de Santa Clara!
¡Oremos por intercesión de Santa Clara de Asís!
**Sancta Clara de Asís, ora pro nobis!**