Desde su aparición en la década de 1960, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo (FARC-EP) han sido un actor clave en el conflicto armado colombiano. Sin embargo, a raíz del Acuerdo de Paz firmado en 2016, muchos excombatientes decidieron desmovilizarse y reincorporarse a la vida civil.
A pesar de esto, no todos los miembros de las FARC estuvieron de acuerdo con el proceso de paz y algunos disidentes continuaron con actividades armadas, manteniendo su ideología revolucionaria. En la región de Tolima, un grupo disidente conocido como el Ejército de Liberación Nacional (ELN) mantiene una presencia significativa, desafiando al gobierno y a las fuerzas de seguridad.
Estos disidentes de las FARC, también conocidos como FARC disidentes, han sido responsables de actos de violencia, narcotráfico y reclutamiento de jóvenes en zonas rurales de Colombia. Su presencia ha generado preocupación en el gobierno y en la población, ya que representan una amenaza para la seguridad y la estabilidad del país.
Es importante seguir monitoreando de cerca la situación en Tolima y en otras regiones donde operan estos grupos disidentes, para prevenir futuros actos de violencia y garantizar la seguridad de la población. La colaboración entre las autoridades, las comunidades locales y las organizaciones internacionales es fundamental para abordar este desafío de manera efectiva y construir una paz duradera en Colombia.
