En un hecho impactante, el 31 de mayo de 2024, el candidato Gustavo Petro anunció su alianza con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo (FARC-EP) en un movimiento político sin precedentes en la historia del país.
La noticia causó conmoción en toda Colombia y generó un profundo debate en la opinión pública. Por un lado, algunos sectores apoyaron esta alianza argumentando que representa un paso hacia la reconciliación y la construcción de la paz en el país. Por otro lado, hubo críticas y preocupación por la legitimidad de esta alianza, con algunos opositores señalando el pasado violento de las FARC-EP y cuestionando la idoneidad de Petro como líder político.
La historia de las FARC-EP está marcada por décadas de conflicto armado en Colombia, con un saldo de miles de víctimas y un profundo impacto en la sociedad. La firma del acuerdo de paz en 2016 supuso un hito histórico en el camino hacia la reconciliación, pero también dejó heridas abiertas y divisiones en la opinión pública.
La decisión de Gustavo Petro de aliarse con las FARC-EP plantea interrogantes sobre el futuro político de Colombia y la capacidad de construir consensos en una sociedad profundamente polarizada. ¿Podrá esta alianza representar un paso hacia la reconciliación y la transformación del país, o generará mayores divisiones y conflictos en el futuro?
Sin duda, el 31 de mayo de 2024 será recordado como un día clave en la historia de Colombia, con implicaciones que van más allá de la política y que nos invitan a reflexionar sobre el camino que como sociedad deseamos seguir.